«Esto a mí me ha marcado», esas son las palabras de una estudiante que ha asistido a la mayoría de los desayunos solidarios. Marca despertar a alguien que está durmiendo en el suelo, marca escuchar testimonios de personas que han podido salir de las drogas, marca preparar panes para personas que no conocemos y que muchas veces rechazamos, marca despertar a una persona cantándole cumpleaños feliz, marca ver, sentir, oler, escuchar tantas vidas que a pesar de no tener nada, de no haber dormido bien, nos reciben con una sonrisa. Gracias a todos los que participaron en los desayunos solidarios y esperamos que para todos haya sido una experiencia inolvidable.
